"No sé si mis pinturas son o no surrealistas pero, lo que sí estoy segura es que son la expresión más franca de mi ser",

lunes, 20 de octubre de 2008

UITA

Hoy nuevamente he vivido. Un día completo de existencia, de un misterio denominado tiempo y de cosas flotando en el aire como la poesía o la muerte.
Hoy he visto infinidad de rostros, he sentido en mi cuerpo, he sentido, algo.
He caminado mis veredas con la olvidada certeza de que tengo un alma.
Hoy he pensado tanto que no podría pensarlo una próxima vez de la misma forma.
He sonreído y he soñado.
He dicho, he dicho y he callado.
Y sin darme cuenta configuré mi día de la mano de un lenguaje.
Una vez más todo (todo) lo de siempre, el andamiaje de ser hombre, de saberme “ser humano”.
De tomar el colectivo, de cruzarme con personas que luego no recordaré, de imaginarme un futuro ,de protestar, de traer a mi mente añejos paisajes, dolorosos. De henchirme de dicha guardándola siempre como en una ostra, no sé en qué parte de mi cuerpo o en qué lado de mí.
Hoy todo eso. Y todo eso ayer y mañana, así será.
Pero no sé qué hacer conmigo porque a menudo me pregunto por la muerte.
Porque acostumbro preguntarme por el frío que sienten los que viven en la calle, y por las miradas de los que abren las puertas de su casa y son bienvenidos por la guerra.
Acostumbro sin quererlo y porque una vez se ve que se instaló en mí la maldita pregunta por el hambre: y desfilan en mis ojos internos un millón de caras que no conozco que no he visto nunca y que no comen. Que no comen porque existe la pobreza. Y la injusticia.
Y también acostumbro quejarme por alguna cosa y me pregunto cuáles serán las quejas del resto de los hombres.
Miro la televisión, a veces, y siento miedo. Me aflijo. Y me digo que nadie va a escucharme.
A menudo me apuñala la pregunta por aquellos que no tienen nombre. Por los esclavos de los vicios.
Mientras tanto yo camino mi mundo y quisiera penetrar todas las chimeneas.
Pienso en qué extraña idea es la enfermedad y en cuántos ganan con una cajita de no sé qué placebo.
Mis mañanas tienen nombre, y mis noches tienen cama. Yo tengo una vida parecida a la de muchos pero acostumbro preguntarme…
A menudo no me pregunto nada, y eso es casi siempre cuando absorbo arte; porque muero, me desplomo callada, en un frenesí de silencio; no puedo describir lo que me pasa.
Puede ser que yo revuelva a cada rato todas las cosas y que sea muy amiga de la bilis negra. Puede ser que la sensibilidad sea el peor de mis defectos.
Puede que sea mejor no decir nada.
Pero cada vez que abro los ojos y que más tarde los cierro, se mueve conmigo en ese imperceptible acto, la pregunta de por qué, en este, nuestro mundo, hay tantos pobres, tantos hombres con frío, tantos asesinos. Porqué la droga es un negocio y porqué se vende a los niños, porqué yo tengo un trabajo y otros mueren de hastío.
Porqué se muere una persona enferma cuando no tiene dinero para tratarse, porqué cuando pensamos en países, pensamos en colores, porqué mutilamos las banderas, porqué en este jardín de gente siempre gana el más apto, sobrevive el más lindo, progresa el más injusto, el ladrón va a la iglesia, y comulga.
Porqué por estos días se le da prestigio a la palabra de personas que no saben lo que dicen, porqué se fomenta la trivialización de todos los asuntos. Porqué nos reímos de las vidas ajenas, porqué “llena” el comercio de la vida privada, constituido por habladores y por holgazanes mentales.
Porqué se vive tan cerca de la locura, del agotamiento progresivo y mortal.
Porqué nos gobierna siempre alguna monstruosidad que, en mayor o menor medida, miente. En mayor o menor medida roba.
¿Por qué sucede todo esto?
Mañana viviré nuevamente. Otro día completo de existencia.
Yo, amo profundamente la vida;
Pero tengo pensado abandonar el oxígeno si un día de estos descubro que despidiéndose de mí la luna, y mirándome ya fijo el sol, no me he preguntado por todo esto.
Porque una huella en el mundo no es el bien que vamos a adquirir mañana, ni mi sombra sentada en el sillón.
Una huella en el mundo es mi mano, mi mente o mi palabra, trabajando por honrar el concepto de estar vivo.
Debería revisarse la idea de vagancia, y también de exitismo; a los ojos del mundo, lo sé, no tengo nada.
Llevo en lo más hondo de mis labios una hermosa vida, acarreo causas, y el cansancio de aquel que sólo calla, ante el necio reclamo de los que nunca “se” preguntan nada.

Luciérnaga

1 comentario:

CaZp dijo...

Afortunadamente tus preguntas las preguntas de muchos. Lamentablemente las respuestas las conocemos, aunque a veces no queremos aceptarlas
Me agradan tus pensamientos, los comparto, el tiempo me ha enseñado que al lado, muy cerquita de cada uno de nosotros, esta cada pregunta, cada respuesta y cada acción posible
Buena semana y a vivir!! como dice por ahi Lito Nebia "solo se trata de vivir"
CaZp