Voy a escribir tu lágrima.
Voy a escribirla.
Si yo fuera un poeta tan grande como para abrir tu tierra...
Y que puedas caminar por las calles
Sin que otro brote de tu suelo te hiera.
Voy a escribir tu lágrima
Para que todos la vean.
Que la vean y la lloren
Desde Italia hasta Corea.
Voy a escribir tu lágrima, Bolivia.
Tu lágrima con gusto a mano y tierra.
Ahora, así, la estoy escribiendo.
Mi noche y mi ventana son bellas,
Pero estoy sonámbula, me araña tu dolencia.
Me olvido de las torres de marfiles
Y me olvido de todos los poetas.
Apunto,
Y disparo un poema.
Una palabra finita aunque sincera.
Que llegue a tus oídos
Para decirte:
Hermano boliviano: esa es tu tierra.
Hermano coya: levanta los ojos al nombrar a tu ascendencia.
Camina enaltecida, chola, con tu pollera.
Porque mi Dios, el Dios de todos, te trajo al mundo
Y a vos también, te regaló la tierra.
Quiero verte, hermano indio de Bolivia,
pisar tu calle con mucha valentía.
Que tu mirada y tu coraje de hierro
arrodillen a la blanca hipocresía.
Que tu bombín te haga sentir más alto
Más cierto que cualquier autonomía.
Es un vocablo inventado para todos
Pensá que es una palabra linda.
Todo es tuyo, en tu nación y en la mía.
Y escribo tu lágrima por eso.
Y no llevo un arma bajo el brazo:
haré mi guerrilla con un verso.
Sos dueño del aire, hermano coya,
De los flores y de todo el viento.
Sos dueño de tu pan y tu esperanza.
Sos dueño de tu voz y tu alfabeto.
Gritá tu dolor que aunque te duela;
Tu garganta es testigo de un suceso.
Que recuerden ojalá todas las razas,
que el indio boliviano hizo el suelo,
que ahora le cierra un puñado de ignorantes
que son “letrados” por contar cuatro conceptos.
Pues para nada nos sirve el intelecto
Si miramos el mundo con un ojo,
Y con el otro nos miramos al espejo.
No siembra nada la falsa profesión
Si se la enfrenta con títulos de libros,
En lugar de poner el corazón.
Pero que ingenuo, sostengo, es mi poema,
Si en estos tiempos el mundo está doblado:
¿Dónde va el tren de las etnias “superiores”?
¿Qué estación les han asegurado?
Que carencia, que triste necedad,
Que olviden al querer hacerte a un lado,
Que sin pensar en letrados o iletrados,
Que sin mirar el color de nuestra faz,
Vendrá la muerte a buscarnos algún día
Y a la cara la tendremos que mirar.
No podrán imponerle autonomía,
Pues a la fuerza se los llevará.
Porque a menos que ellos sean inmortales,
Igual que todos los hombres de este mundo:
“polvo son,
Y en polvo se convertirán”.
Voy a escribir tu lágrima, Bolivia.
Y que la vuelvan a llorar los que vendrán;
Que la lloren de nuevo en mi poema,
Y que al quitar los ojos de este verso,
Encuentren el cielo de La Paz.
Luciérnaga
3 comentarios:
Fuerte, bello y con toda la emocion.
Por La Paz
buen finde
CZ
El poema me encanta pero hay una palabra no se si es coya o colla porque a mi suena mas colla
EL POEMA ME PARECE MU ONITO PERO HAY UNA PALABRA QUE NOSE SI SE ESCRIBE COYA O COLLA PORQUE LO QUE MAS ME SUENA ES COLLA.
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