¿En qué parte de mí se gesta lo que me hace preguntarme por la perfección?
Abro los ojos y me siento nadie.
Pero eso es porque el cielo es azul.
Rompo por un instante la sonoridad del mundo y me quedo quieta como el fantasma de un río.
Lo que ingiero no me responde.
Lo que sangro nunca me salva.
Cuando la tarde se pone tan hermosa encadeno mis párpados y afligida revuelvo mis entrañas: encuentro algo.
Esa cosa que no se deja explicar y que tampoco se decide a matarme.
Me miro una mano y lo entiendo todo.
Esto es un antes.
Y ya no sé si tengo pulmones...
¿Vida?
Vida no.
Arte
Luciérnaga
domingo, 12 de octubre de 2008
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